viernes, 12 de octubre de 2012

EL NUEVO NACIMIENTO



Escrito está; Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. (1 Juan 5:4) 
A veces escuchamos quejas de personas que dicen no conseguir vencer algunas situaciones en su vida y existe una explicación, lo que acontece es que esta persona no nació de DIOS, porque es natural los frutos de alguien nascido de DIOS, un árbol no da frutos de forma obligada no hay como obligar un árbol a dar fruto, esto acontece naturalmente, de la misma forma el nascido de DIOS, da sus frutos naturalmente a su tiempo. Pero como ayudar a alguien que no acepta reconocer que no nació de DIOS 
Las personas más difíciles de ser alcanzadas por el poder transformador de Dios no son las malas. Ellas ya saben que son malas, por eso no tienen defensa. Admiten rápidamente sus equivocaciones, su maldad. Las más difíciles son las que se creen justas ante  sus propios ojos. Mientras que usted se juzgue por sus propios conceptos de correcto o equivocado, siempre será absuelto. En cambio, por los altos padrones de Dios, será más difícil que usted escape. Quien es justo ante sus propios ojos no necesita a Dios. Ya es su propio dios.
 Porque el desvío de los ignorantes los matará, 
Y la “prosperidad” de los necios los echará a perder; (Proverbios 1:32)
Por esta razón es tan importante el nuevo nacimiento nacer de nuevo cambia la vida del ser nacido de DIOS. Eso no exime a las personas de pasar por problemas, pero, aún en medio de los reveces de la vida, ella tiene paz porque el espíritu de paz esta sobre ella. Lo mismo no sucede con quien tiene la vida dominada por otros espíritus. Basta ver cómo está su vida. La presencia del Espíritu Santo en la vida de las personas es visible en su semblante. Hay un brillo diferente en su mirada. Y esta es la prueba de que el Señor Jesús resucitó, porque Él vive en las personas que son poseídas por Su Espíritu. Las personas poseídas por otros espíritus cargan los problemas sobre sus cabezas, son oprimidas, viven a base de tranquilizantes, antidepresivos, drogas, y no hay paz dentro de sus casas. Quien tiene el Espíritu Santo de Dios también tiene problemas. La diferencia es que estos problemas no están sobre nuestra cabeza, pero sí debajo de nuestros pies, bajo control.
Dios no habita en templos construidos por las manos de los hombres. Él habita en los templos que Él mismo construyó, en la persona del Espíritu Santo, y que somos nosotros mismos.

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